¿Quién no se siente mejor después de un abrazo?
Para el cerebro poco desarrollado de un bebé recién nacido el abrazo le beneficia más que a cualquier otro ser humano. Los bebés están programados para el amor. Ellos entienden somáticamente la calidez de estar cerca de un cuerpo o envuelto en un abrazo, cercano al seno o simplemente acostado en el vientre o el pecho de otra criatura viva, nada puede sustituir la sensación de seguridad que crea en un recién nacido. Para un bebé el contacto piel con piel, que crea su nuevo hábitat fuera, es la versión externa del útero y sin ese contacto o acaricias se sienten abandonados, confundidos e indefensos; están, por naturaleza, diseñados para llorar cuando son separados de su útero externo.
Hasta que no tienen la edad suficiente para entender la diferencia entre el abandono y la separación física de un cuerpo, los recién nacidos se pondrán en modo de defensa automático y desencadenará una reacción física llamada la «respuesta protesta-desesperación». Cuando el grito de los recién nacidos no recibe respuesta, la siguiente emoción experimentada es la desesperación que lleva a su cuerpo a cerrar otras funciones vitales para aumentar sus probabilidades de supervivencia, las hormonas del estrés aumentan con la respuesta de lucha o huida. La misma respuesta que sucede en la mayoría de los mamíferos. Un ser humano nace con el cerebro poco evolucionado y hasta que no se desarrolla la capacidad para la lógica, está programado para reaccionar por instinto de supervivencia.
Por otro lado, lo que se conoce como el programa de nutrición en un bebé está estimulado cuando se mantiene piel con piel. Este es un programa innato para el crecimiento provocado por el cerebro del bebé cuando se siente en un entorno seguro. Sus hormonas del estrés disminuyen, el estómago procesa los alimentos, su ritmo cardíaco, la respiración y la temperatura están reguladas y el recién nacido, como un sistema vivo, es capaz de cuidar de sí mismo. Esto crea un sentido interno de simplicidad y seguridad que deriva en un bebé feliz y relajado y una madre aún más feliz!
Debido a la liberación de oxitocina, la hormona del amor, el contacto piel con piel tiene muchos otros beneficios probados para la madre y el recién nacido, tales como:
- Un mayor éxito con la lactancia materna y la duración más larga
- La oxitocina liberada aumenta el vínculo entre la madre y el recién nacido
- Mayor flujo de sangre a los senos
- Aumento del apetito y mayor eficacia del sistema digestivo
- Disminución de la presión arterial
- Aumento de los niveles de azúcar en sangre y de insulina
- Aumento del umbral del dolor y aumento de la capacidad de cicatrización de heridas
Durante nueve meses la mujer prestar hogar al feto, en los meses siguientes de aterrizar en este planeta, un toque cálido y el entorno familiar de piel con piel es insustituible para el sano crecimiento y desarrollo continuo del recién nacido.
Referencias:
Breastfeeding Made Simple – Seven Natural Laws for Nursing Mothers, by Nancy Mohrbacher, IBCLC and Kathleen Kendall-Tackett, Ph.D, IBCLC, 2005
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Publicado originalmente el 03/08/2014
Amy Proszowski es Doula de parto formada por Doulas of North America (DONA), Doula de Post Parto por Marenostrum Centro de Salud Familiar Barcelona, Profesora de Kundalini Yoga por International Kundalini Yoga Teachers Association (IKYTA) / Kundalini Research Institute (KRI International), Formada en The Birth Method (Yogini Birthing), Yoga Prenatal y Preparación al Parto, Formada en “Embarazo Saludable” desde el Yoga y la Esferodinamia. Profesora de Yoga Prenatal en Instituto Meridians en Barcelona de 2010 a 2015.
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