El estrés es probablemente el estado emocional más conocido y presente en cada persona sea cual sea su edad. Es estimulado y fomentado por las obligaciones y exigencias de nuestra sociedad actual.
El estrés designa el conjunto de reacciones biológicas y psicológicas de intensidad variables del organismo frente a estimulaciones exteriores, nuevas o no, no controladas por el individuo. Designa también reacciones adaptativas o intentos de adaptación del organismo ante situaciones vividas como agresiones.
Sin embargo, es necesario matizar y disociar el ‘estrés positivo’ que es la harmonía, el entusiasmo, el optimismo, la seguridad, el acuerdo, la alegría y la energía, del ‘estrés negativo’ que es el miedo, la ansiedad, la culpabilidad, la tristeza, el abandono, la frustración, la rabia, la decepción, los celos, el desacuerdo, las patologías y la falta de energía.
Así pues, el estrés puede ser a la vez un estado emocional y una somatización corporal. El funcionamiento del estrés en nuestro cuerpo es la puesta en marcha de una multitud de reacciones de defensa / huida y de adaptación de las grandes funciones de nuestro organismo.
Para ello pasamos por tres fases:
- Primera fase, de alarma: nuestros sentidos despiertan de manera óptima y reaccionamos. La hormona Adrenalina se activa y hace que aumente nuestro ritmo cardíaco, la respiración pulmonar, nuestra circulación sanguínea, la musculatura se tensa.
- Segunda fase, de resistencia: preparación para resistir a las grandes dificultades, fenómeno de supervivencia. Esta vez, será otra hormona que se activará, el Cortisol. Se pondrá en marcha para luchar contra el efecto de la primera fase. Su efecto es, esencialmente, antiinflamatorio. En esta fase, valoramos si los mecanismos puestos en ejecución fueron eficaces y todo se recupera en orden. O si, por el contrario, fueron insuficientes y el estrés se instala en nuestro cuerpo de modo sostenible. En este segundo caso, entraríamos en una fase crónica que nos llevaría a un tercer nivel, estado de agotamiento.
- Tercera fase, de agotamiento: en la cual los recursos del cuerpo son insuficientes, los síntomas físicos aparecen. En este estado, psicológicamente, la depresión crónica se instala dejando vía libre a las somatizaciones físicas de lo emocional. Un colosal gasto energético es derrochado cada día para continuar adelante, lo que nos lleva al agotamiento.
Los síntomas y las consecuencias del estrés prolongado o crónico pueden ser diversos:
- Problemas osteoarticulares y musculares (tensión, dolores, contracturas, espasmos)
Problemas de comportamiento (irritabilidad, ansiedad, angustia, pérdida de ganas) - Problemas digestivos (náuseas, pérdida de apetito, reflujo gastroesofágico, gastritis, úlcera, estreñimiento, diarrea)
- Problemas cardíacos, el corazón aumenta su actividad de manera anormal, lo cual puede dar lugar a problemas más o menos importantes en el tiempo.
- Trastornos del sueño (insomnio, bruxismo, pesadillas)
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Depresión
La acción de la osteopatía sobre el estrés consiste en disminuir o parar las expresiones físicas específicas de cada uno, así como permitir al cuerpo reinstaurar un equilibrio relacional entre lo físico y lo emocional.
Es necesario establecer un diagnóstico específico e individualizado para cada persona con el fin de poner en evidencia las diferentes partes del cuerpo sometidas al estrés, para obtener de esta manera un resultado terapéutico óptimo.
En Meridians trabajamos sobre tres esferas:
- con la osteopatía craneal, para tener un efecto a nivel del SNC (Sistema Nervioso Central) y, en concreto, de las funciones parasimpáticas que generan los estados de calma y apaciguamiento.
- con osteopatía visceral, se trabajan y corrigen lo esencial de los problemas digestivos derivados del estrés.
- con osteopatía estructural se tratan las tensiones músculo-ligamentosas y los posibles bloqueos articulares.
Todo ello, con el fin de ayudar al organismo a recobrar la harmonía y su vitalidad.
Referencias:
Liem- T.K. Dobler. 2004. Guide d’ostéopathie. Techniques pariétales. Paris. Ed. Maloine. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003211.htm
Lorena Martín es Graduada en Osteopatía por el Instituto Superior de Medicinas Tracionales (ISMET), formada en Abordaje Tisular con Pierre Tricot (Osteópata D.O) y Juan Banyuls (Osteópata D.O), en Osteopatía Pediátrica por el Instituto Internacional de Osteopatía Avanzada, en Terapia Craneo-Sacral por Instituto Upledger, en Técnicas Orofaríngeas por el Osteópata Yves Castaing (Osteópata D.O), en Vendaje Neuromuscular por ISMET, en Quiromasaje por la Escuela de Masaje Manual Sagrera Ferrándiz y en Drenaje Linfático (método Vodder) por el Institut Ferlo. Terapeuta en Meridians de 2017 a 2018.
0 Comentarios
Deja uncomentario