Para comprender la energía del otoño es interesante observar la naturaleza.
Todavía se recogen ciertas frutas y verduras como resultado de la actividad energética de las estaciones anteriores. En pocas semanas los árboles se despojarán de sus hojas y la energía que antes sostenía su verdor, se recoge por completo en las raíces.
La energía de nuestro organismo también empieza a recogerse, de modo que, la alimentación nos deberá proporcionar calor interior, relajación y centro.
Es una época adecuada para aumentar la energía defensiva, desintoxicar el intestino grueso y repoblar su flora bacteriana.
Practicar ejercicios de respiración y purificar los pulmones, nos reforzará la salud y el bienestar.
Es recomendable comenzar la transición a principios de septiembre, poco a poco podemos disminuir bebidas y comidas frías, frutas y cantidad de líquidos e incrementar ensaladas de escaldados y hervidos.
Aumentar ligeramente los condimentos salados, el aceite en cocción y potenciar el consumo de verduras redondas y de raíces en estofados, cremas y caldos.
Qué alimentos incrementaremos en otoño
Los tonos otoñales se reflejan en los colores de los cereales, las leguminosas y las verduras redondas con un sabor dulce natural.
Los cereales más adecuados son el arroz de grano corto, arroz salvaje, el mijo, la avena, el trigo sarraceno y la quinoa. Cus-cus, pastas y sémolas como uso ocasional.
Es el momento de crear platos nutritivos y dulces con cereales; arroz a presión con avellanas o almendras, castañas o azukis, sopas de avena y calabaza, creps de trigo sarraceno, paellas de verduras con seitán, pastel de mijo y coliflor…
Las sopas preparadas con verduras redondas y de raíz como cebollas, zanahoria, calabaza, coles, boniato..
Se pueden incluir algas e incluso leguminosas.
Lo importante de las sopas y las cremas es que sean densas, cocinadas con poco aceite y dulces.
Evita muchas mezclas en una misma, es mejor pocas verduras e ir variando de sabor y de color.
Las proteínas como estofados de legumbres, con verduras redondas y alga kombu, legumbres con pescado… y sobre todo un buen aporte diario.
También podemos usar proteínas vegetales como el tempeh, el seitán y el tofu, en cocciones lentas y que nos generen calor interior.
Las verduras estacionales; cebollas, calabazas, nabos, coles, chirivías, coliflores… sobre todo conviene incrementar las verduras redondas y de raíz, sin olvidarse de las verduras de hoja verde, tan importantes para el óptimo funcionamiento del organismo.
Los sabores, los necesitamos todos, pero es muy importante el dulce de las verduras, o en pequeñas cantidades de melaza o de jugo concentrado de manzana.
Es mejor reducir el consumo de hierbas aromáticas frescas e integrar las hierbas aromáticas secas.
Las especies más frecuentes a usar durante esta época del año son el jengibre, la canela, el clavo y la nuez moscada.
Las cocciones que reduciremos son sin fuego, los macerados y los prensados.
Utilizaremos cocciones lentas, a fuego bajo durante más tiempo, produciendo así, un efecto profundo, nutritivo, relajante y dulce.
Las más recomendables son el vapor, los estofados y los salteados largos, la tempura o fritos ocasionalmente y presión.
Juntamente con alguna cocción más ligera para generar polaridad y frescor, como escaldados, hervidos o salteados cortos.
Las algas que utilizaremos a diario son todas, pero reduciremos el consumo de agar-agar.
Las podemos incorporar en las sopas, en estofados, en ensaladas de escaldados, condimentos o en forma de snacks.
El aceite lo incrementaremos en cocciones, ya que nuestro organismo quiere protegerse del frío. El aumento de proteínas y cereales también nos ayudan a combatir el frío.
El aceite de oliva es ideal para cocinar, los de semillas se pueden utilizar para preparar aliños.
También utilizaremos a diario semillas tostadas, frutos secos y mantequillas de sésamo, almendras, cacahuete…
Ocasionalmente los fritos o las tempuras de verduras y proteínas vegetales, nos pueden ayudar a calentar nuestro cuerpo, siempre acompañados con un aliño con jengibre y o nabo, para poder digerir y equilibrar la cantidad de aceite.
Las frutas, al principio de la estación todavía encontramos variedades, ideal para prepararnos compotas o mermeladas caseras.
Es recomendable reducir el consumo de fruta cruda a medida que el frío aumenta.
Sin embargo podemos utilizar cocciones lentas, con una pizca de sal y añadir fruta seca.
Algunos platos representativos
- Estofado de azukis con calabaza, cebolla y alga kombu
- Pastel de mijo con coliflor y bacalao
- Paella con arroz integral con seitán ahumado
- Crema de boniato
- Sopa de lentejas con miso y romero
- Tempura de verduras y algas
- Croquetas de tempeh
- Peras con jengibre
- Pudding de castañas
Emociones relacionadas con los órganos internos
Como todo está conectado, esta época del año también se relaciona con cierto tipo de emociones, y según el equilibrio interior se exteriorizaran unas u otras.
- Desinteresado, crítico, melancólico, deprimido, triste, sin confianza
- Positivo, práctico, centrado, feliz, energético…
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Anna Grau es Consultora en dietética integral, Graduada en Dietética naturista y oriental en el IES Roger de Lluria, Diplomada en Alimentación energética en la escuela Montse Bradford, Practitioner de PNL, Chef de restaurantes vegetarianos, Formación de cocina macrobiótica en Cuisine et Santé con Rene Levi, Profesora de cocina teórica y práctica en diferentes escuelas, autora de artículos en revistas de cocina y salud, encargada de eventos de alimentación saludable. Profesora de Alimentación en Instituto Meridians en 2014.
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