Cuando hay una herida abierta en piel, mucosas, músculo u otro tejido (cualquier operación en que se haya tenido que abrir tejido, episiotomías o desgarros del parto, cesáreas, extracción de un diente o muela, herida por accidente…) el tejido debe volver a cerrarse y podemos ayudar mucho a que haya una buena cicatrización y a que esta sea rápida contribuyendo a generar con nuestra alimentación un efecto de cierre y contracción durante los primeros días posteriores a la herida.
Hay que elegir alimentos y estilos de cocción que generen un efecto de contracción y cierre y evitar todo lo que ayude a abrir y separar. También alimentos frescos que nutran muy bien la sangre para que aporte todo lo necesario y la zona se regenere bien. Los efectos se notarán en las primeras horas y días.
Desde el primer momento, después de una operación o herida que deba cicatrizar podemos seguir estas pautas alimentarias durante unos 10-15 días o hasta que la herida esté totalmente cerrada y bien cicatrizada:
EVITAR
- Totalmente los alimentos crudos – verduras, frutas y aceites en crudo.
- La fruta durante estos días. Pasados unos días se puede tomar algo de pera o manzana (las de efectos moderados) pero cocinadas en compota, vapor u horno.
- Zumos, licuados, cítricos, vinagres y alcohol.
- Especias (ajo, pimientas, currys, jengibre, canela…)
- Lácteos, tofu natural, yogur o leche de soja.
- Azúcar (blanco o moreno o integral), jarabe de ágave, bebidas azucaradas, pasteles…
- Verduras como pimiento, tomate, berenjena, patata, setas, espárragos.
TOMAR
- Sopa de miso (mugi o si no genmai o hatcho si hay intolerancia al trigo o celiaquia). Tomar tan rápido como se pueda, al salir de la operación, cuando se puede empezar a beber líquidos. Es muy efectivo, tanto para eliminar los efectos de la anestesia, si ha habido, como para empezar la cicatrización y bajar la inflamación. La primera semana se toma cada día, por la mañana o mediodía. No por la noche. A partir de la segunda semana se puede alternar día sí – día no, dependiendo de cómo vaya la cicatrización. Para el hospital se puede uno llevar un termo con agua caliente y sopas de miso instantáneas. En casa mejor hacer caldo de verduras y usar miso no pasteurizado.
- Verduras de raíz como la zanahoria, chirivía, nabo, hinojo o la cebolla pero sólo cocida o verduras redondas como la calabaza, coliflor, col.
- Tomar cada día un poco de brócoli o judía verde, tanto en la comida del mediodía como en la cena. Hervidos sólo entre 3-5 minutos para aprovechar la clorofila que contienen. La clorofila ayuda a desinflamar la zona y a la cicatrización.
- Como proteína se puede tomar pescado o legumbre o seitán o tempeh. Durante los primeros días mejor no tomar tofu si la persona lo consume habitualmente.
- Cereales integrales en grano se pueden tomar todos, bien cocinados pero los más indicados serían arroz de grano redondo, mijo, quinoa o trigo sarraceno.
Además de con la alimentación podemos ayudar a cicatrizar y a que la cicatrización se haga sin adherencias con acupuntura, con ventosas, con aceites esenciales, con kinesiología y homeopatía.
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Referencias:
Gonzalez, H. Apuntes del curso Teacher Training de Montse Bradford 2009-2011.
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Helena González es Diplomada en Medicina Tradicional China por el Instituto Superior de Medicinas Tradicionales (ISMET). Diplomada en Alimentación Natural y Energética por la escuela de Montse Bradford y graduada en Dietética Oriental y Naturista por IES Roger de Llúria. Profesora titulada de la escuela de Alimentación Natural y Energética de Montse Bradford. Profesora y terapeuta en Meridians en Barcelona de 2010 a 2017.
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