¿Podemos aprender a relajarnos y convivir con nuestras emociones?
A menudo cuando sentimos malestar emocional, nos resulta difícil parar y entrar en contacto con él, aceptarlo y convivir con esas sensaciones. Generalmente evitamos permanecer quietos y/o ocupamos nuestro tiempo con múltiples actividades u obligaciones, para “distraernos y no pensar”.
Si nos hacemos una herida o nos rompemos un brazo, sin duda reduciremos nuestro ritmo diario y haremos lo necesario para cuidar de ese dolor y procurar que mejore con mimos, cuidados y paciencia. Sin embargo, con el malestar emocional, no tenemos tanta paciencia….básicamente porque no sabemos ni por dónde empezar. Nadie nos ha enseñado a cuidar de nuestro malestar emocional.
¿Qué haces con tu malestar?
Te invito a ir a un momento de malestar por ejemplo y a observar ¿qué sueles hacer en esos momentos?
¿Consigues aceptarlo y gestionarlo de manera que no interfiera en tus objetivos diarios?
¿O sólo el hecho de “estar pendiente” de ese malestar, te genera más tensión?
¿Cuántas veces en un momento de malestar, hemos tratado de repetirnos internamente “he de relajarme”, “¡calma!”, sin aparente éxito?
A menudo incluso, sólo pensar en realizar una técnica de relajación por ejemplo, ya “nos pone los pelos de punta”, porque ello implica parar y contactar con esas sensaciones desagradables, de las que queremos huir y erradicar por completo.
¿Sin embargo, podemos huir de nosotros mismos?
Y es que si nuestras emociones siempre obedecieran a lo que nuestra mente consciente ordena, “otro gallo cantaría”. Pero paradójicamente, cuanto más tratamos de “relajarnos” o de “sentirnos bien”, a menudo más presión y estrés nos creamos.
¿Entonces, cómo podemos conseguir relajarnos y convivir con el malestar?.
En primer lugar, y siendo consciente que esto que propongo no es tarea sencilla, pero dejando de buscar un cambio. Centrando nuestra atención en el presente, en el cuerpo, en nuestra respiración, en nuestras acciones o en nuestros propósitos. Y convirtiéndonos en meros observadores de nuestro malestar de nuestros pensamientos y de nuestros intentos fallidos por escaparnos del dolor y controlar el proceso. Aprendiendo a convivir con él.
En esto consiste el Mindfulness, en la atención y conciencia plena a lo que nos sucede, en aprender a estar presentes y observadores de nuestra mente, con sus estrategias e intentos fallidos por “controlar” a nuestro cuerpo. Y cuando tomamos esa conciencia y aprendemos a convivir con nuestra mente, de manera natural e inevitable, a menudo llega la relajación de nuestras emociones, la concentración y el cambio.
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Raquel Ballesteros es Licenciada en Psicología Col. 13297, Máster en Psicología Clínica y Máster en Musicoterapia por la Universidad de Vic, especializada en Terapia ACT y coaching, Facilitadora de procesos de cambio personal. Creadora del proyecto Viñetas para vivir, terapeuta, coach, docente, escritora. Terapeuta en Instituto Meridians en Barcelona de 2010 a 2018.
Encuentras a Raquel en www.vinetasparavivir.com