- ¿De qué forma generas dulzor en tu vida?
- ¿Creas el dulce que necesitas con tu estilo de vida, relaciones, pensamientos…?
- ¿Estás satisfecho del dulzor natural que cocinas a diario?
¿Qué ocurre cuando cerramos los ojos y pensamos en la palabra DULZOR? ¿Qué sensaciones, imágenes, emociones nos vienen? Seguro es algo agradable, suave, que nos gusta y lo queremos en nuestra vida.
¡Se necesita dulzor a todos los niveles de nuestra vida! Y por ello, muchas personas van locas por el azúcar, el chocolate, los pasteles…! Puede que lo necesitemos a nivel físico (quizás no estamos comiendo un buen carbohidrato a diario o suficiente dulzor en nuestras comidas o hay un exceso de sal o carne en nuestra dieta). Puede que necesitemos el DULZOR a nivel mental o emocional porque estamos estresados, tristes y algo dulce nos relaja y nos reconforta.
Sin embargo, dependiendo de la calidad de dulce que consumamos los efectos pueden ser unos u otros. DULZOR no significa azúcar ni chocolate. Consumir azúcares y carbohidratos refinados de forma habitual en forma de pasteles, bollería, bebidas, pan o pasta blancos… produce muy poca estabilidad glucémica y del sistema nervioso. Este consumo nos hace estar en una especie de montaña rusa en cuanto a nuestra energía física, mental y emocional se refiere. No nos aporta la estabilidad ni la relajación que de verdad deseamos.
El DULZOR NATURAL de verduras dulces, cereales integrales y frutas SI nos aporta esta sensación de bienestar que necesitamos en nuestra vida. Su consumo diario estabiliza nuestro azúcar en sangre, nutre adecuadamente nuestro sistema nervioso (sin subidas ni bajadas repentinas), y nos ayuda a relajar nuestra mente y emociones.
En la cocina podemos generar dulzor natural dedicando tiempo y atención a nuestros platos.
El sabor dulce aporta la relajación que necesitamos después de un día de estrés o un día ajetreado y complicado, nos da serenidad. En Medicina Tradicional China (MTC), este sabor se relaciona con los órganos estómago, bazo y páncreas, pertenecientes al elemento Tierra, órganos que configuran el plexo solar, centro donde “residen” nuestras emociones. Entonces, generando dulzor en nuestros platos, no solo beneficiamos a nuestro sistema digestivo y a la calidad de nuestra sangre, sino que también beneficiamos a nuestra parte emocional, generando relax, equilibrio, amor y centro.
¿Cómo podemos generar dulzor en la cocina?
- Cremas de verduras dulces por la noche: de zanahoria, calabaza, calabacín, hinojo, chirivía, moniato…
- Cereales integrales de calidad: cocinados a fuego lento. Nos aportan glucosa de muy buena calidad la cual nos generará mucha vitalidad. Arroz integral, quinoa, mijo, cebada, avena, trigo sarraceno.
- Legumbres con verduras dulces: de raíz y redondas como la calabaza, la zanahoria, la chirivía, el hinojo, la cebolla.
- Variedad de verduras frescas de buena calidad: nos aportan mucho dulzor, frescura, ligereza, relajación… Hay que conocerlas bien y saber de cuantas maneras las podemos cocinar para que nos den el máximo de sabor. Las más dulces son: calabaza, hinojo, zanahoria, cebolla (cocida), chirivía, coliflor, moniato. Para que nos den su dulzor se deben cocinar a fuego lento y sin mucha agua, como en estofados, papillote, cremas.
- Las frutas de la estación cocinadas son ideales para generar dulzor en nuestra alimentación. Frescas activan y refrescan, cocinadas nos relajan. Puede ser para merendar o postre una pera al vapor, una manzana al horno, una compota de manzana y plátano, una tarta de frutas…
- Si no hay suficiente aceite en las cocciones, puede que nuestro cuerpo no se sienta satisfecho. Es importante utilizar el aceite en nuestras cocciones, de buena calidad, 1ª presión en frio.
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Helena González es Graduada en Medicina Tradicional China y Acupuntura, Diplomada en Alimentación Natural y Energética por la escuela de Montse Bradford, Graduada en Dietética Oriental y Naturista por IES Roger de Llúria, Profesora y coordinadora de la escuela de Montse Bradford, Profesora de Alimentación Natural y Energética en la escuela Mens Venilia (Barcelona) y el centro cultural Casa Elizalde (Barcelona) y terapeuta en Instituto Meridians en Barcelona.
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