Muchas personas se levantan por la mañana sin apetito y salen de casa con tan sólo un zumo (¿ácido? ¿Naranja o piña?) o un café y algo de bollería o unas simples galletas. Pero la jornada es larga. Quedan muchas horas por delante de actividad física o mental hasta el almuerzo.
¿Por qué el desayuno es la comida más conflictiva del día?, ¿cuál es la mejor opción para un desayuno nutritivo que nos aporte buena energía y estabilidad hasta el mediodía?
El DES-AYUNO desde el punto de vista energético
Hemos estado 7-8 horas durmiendo, en reposo absoluto sin comer ni beber y eliminando líquidos orgánicos a través de la respiración y el sudor. Hemos hecho un mini AYUNO.
El desayuno debe ser HÚMEDO para aportar líquidos al organismo y rehidratarlo.
El sistema digestivo ha estado parado muchas horas y debe empezar sus funciones de nuevo. Debemos hacerlo de una forma suave, sin forzar al organismo.
El desayuno ideal debe ser LIGERO.
Es la primera comida del día. La calidad de lo que ingiramos en esta comida influirá en nuestro estado energético de todo el día. Nos tiene que aportar una energía estable y duradera, para poder llegar al mediodía sin bajones de energía.
El desayuno debe ser NUTRITIVO.
El desayuno ideal es de consistencia húmeda – cremosa, suave y muy nutritivo.
¿Rompo este mini ayuno o lo continuo?
Cuando nos levantamos sin hambre por la mañana y no deseamos desayunar, la principal razón de este mal hábito suelen ser las cenas tardías y/o con proteína animal. Puede pasarnos algún día, y no pasa nada, no es significativo.
Las personas que no desayunan en casa suelen empezar su jornada con un café o con algo de azúcar para conseguir una energía rápida (café + bollería, cereales hinchados con azúcar, zumos concentrados…). El problema es que esta subida rápida de glucosa, bajará bruscamente en muy poco tiempo dejándonos a media mañana en un nivel energético muy bajo: cansancio físico, psíquico, falta de concentración, hambre repentina, mal humor… Nuestro cuerpo y nuestro sistema nervioso necesita una energía estable y constante.
¿Cómo me siento al levantarme?
Al levantarme puedo hacer el ejercicio de escuchar o sentir mi cuerpo y preguntarle qué necesita, qué energía desea para empezar bien el día. Tomar consciencia para empezar.
Quizás un día me levanto con mucho apetito porque la cena de la noche ha sido temprana y muy ligera… O me sienta sin hambre a primera hora de la mañana. Entonces, ¿debo forzarme a desayunar?
¿Necesito un buen desayuno para conseguir energía o necesito un poco de ejercicio suave antes de todo?
Cada uno de nosotros es único y cada día es diferente: distintas actividades a realizar, diferente estación, sol o lluvia, emociones que varían… Nuestras necesidades energéticas cambian, y con ellas, lo que deseamos comer durante el día.
El estado de mi cuerpo físico y emocional al levantarme es el resultado del día anterior, sobretodo de la cena y de la calidad del sueño.
Copos y harinas para el desayuno y su valor energético
Optar por un muesli en el desayuno después de haber estado durante horas con el estómago vacío no es muy recomendable porque se necesita mucha fuerza digestiva para metabolizarlo y absorberlo. Muchas veces se come crudo con yogurt, leche fría o zumo.
Cuando no se digiere bien puede producir flatulencias, gases o hinchazón abdominal o malestar abdominal a media mañana. A la larga ayuda a crear mucosidades en el aparato digestivo.
Otra razón para no consumir muesli o cereales hinchados a diario es que estos son alimentos muy pobres en energía. Por muy integrales o biológicos que sean, han sido procesados, todo lo contrario del cereal integral entero (arroz, quinoa, mijo, avena o cebada en grano…) que contiene toda su esencia y energía y está VIVO! Por lo tanto, un desayuno a base de copos y harinas nos aporta muy poca energía, aunque los podemos consumir puntualmente.
Las opciones más saludables para el desayuno
CREMA DE CEREAL INTEGRAL EN GRANO (mijo, quinoa, arroz, cebada) dulce o salada, acompañada de semillas o frutos secos, algo de fruta seca. Ideal como primer desayuno.
PAN INTEGRAL DE LEVADURA MADRE O PAN GERMINADO bien mojado con tomate o hecho con paté vegetal o proteína vegetal o atún (tarro de cristal), anchoas, mermeladas (sin azúcar ni fructosa)… según las necesidades energéticas. Puntualmente o para media mañana.
BEBIDAS: leche vegetal (no bebida de soja) con café de cereales (ecológico), té bancha o té kukicha (sin teína), infusión de tomillo, regaliz, salvia, rooibos, té verde, té blanco, un café biológico…
Proveer al cuerpo y al sistema nervioso de buenos carbohidratos integrales de buena mañana es una muy buena opción que me va a permitir rendir más en mi trabajo o estudios y hará que me sienta estable y con buena energía toda la mañana.
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Helena González es Graduada en Medicina Tradicional China y Acupuntura, Diplomada en Alimentación Natural y Energética por la escuela de Montse Bradford, Graduada en Dietética Oriental y Naturista por IES Roger de Llúria, Profesora y coordinadora de la escuela de Montse Bradford, Profesora de Alimentación Natural y Energética en la escuela Mens Venilia (Barcelona) y el centro cultural Casa Elizalde (Barcelona) y terapeuta en Instituto Meridians en Barcelona
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Referencias:
Bradford, M. (2001) “La nueva cocina energética”. Ed. Oceano Ambar
Pere-Calvo Soler, J. (2010) “Nutrición energética y salud”. Ed. Debolsill
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